Uno de los involucrado habría cometido el triple homicidio y luego se suicidó.
Cuatro personas, una de ellas un menor de edad, murieron este martes en un aparente caso de “asesinato-suicidio” en una vivienda de la localidad de Casselberry, al norte de Orlando, en la región central de Florida (EE.UU.), según informaron las autoridades.
Después de recibir una llamada al número de emergencias, los agentes del Departamento de Policía de Casselberry (CPD) hallaron a cuatro personas con heridas de bala dentro de un apartamento de la urbanización Coawood Court.
Las víctimas eran un hombre, una de ellos un niño, y las otras dos eran mujeres, de acuerdo con un reporte oficial.
Los paramédicos del Departamento de Bomberos del Condado de Seminole, quienes acudieron al lugar de los hechos junto con agentes de la Oficina del Alguacil, trasladaron al menos a un herido al hospital, pero finalmente ninguna de las víctimas sobrevivió, informan medios locales.
De acuerdo con el portavoz del CDP, el capitán William Nas, uno de los hombres involucrados en el tiroteo llamó al servicio de emergencias 911 y dijo que le habían disparado.
“La información preliminar indica que se trata de una circunstancia que involucra a un sujeto que cometió un triple homicidio y luego se suicidó“, señaló Nas en un comunicado.
Hasta el momento la Policía no ha proporcionado el nombre ni las edades de las víctimas, y la investigación continúa en curso.
Este tiroteo coincide con la discusión que adelantan las autoridades en Estados Unidos para imponer mayor regulación a la venta de armas en ese país. Un tema presente en la agenda desde el tiroteo en la escuela primaria de Uvalde (Texas) que dejó 21 personas muertas.
El pasado 12 de junio un grupo de senadores –democrátas y republicanos– llegaron a un acuerdo para aumentar el control sobre la venta de armas de fuego en ese país norteamericano.
Lo acordado por los senadores indica que se deberá hacer una revisión del proceso de compra para los menores de 21 años. El paquete de medidas también extiende a todo el país las llamadas leyes de “alerta de peligro” (”Red Flag”), ya vigentes en estados como California, Nueva York y Florida, y que permiten activar un procedimiento legal para confiscar las armas de fuego de quienes representen un peligro para terceros o para sí mismos.