En la madrugada de este viernes, el Gobierno liderado por Nayib Bukele llevó a cabo un operativo de traslado de 2.000 presos que se encontraban acusados de pertenecer a pandillas, al Centro de Confinamiento del Terrorismo, una nueva prisión ubicada en El Salvador que abrió sus puertas en enero y cuenta con una capacidad de alojamiento de hasta 40.000 reclusos. Esta cárcel, que se extiende en 23 hectáreas, es la más grande de toda América.
El traslado de los presos fue llevado a cabo durante la noche, con estrictas medidas de seguridad. Los reclusos, esposados en todo momento, viajaron en autobuses por una distancia de más de 100 kilómetros desde la cárcel de Izalco hasta su nuevo lugar de reclusión. Durante el viaje, los presos debieron mantener sus cabezas agachadas y moverse rápidamente.
Sin embargo, la inauguración de esta nueva prisión ha generado preocupación en Amnistía Internacional, quien teme que pueda dar lugar a la continuación de los abusos en El Salvador. Desde que Bukele implementó el régimen de excepción en marzo del año pasado, tras un aumento en los casos de asesinatos, más de 64.000 personas han sido detenidas bajo acusaciones de pertenencia a pandillas. Las organizaciones humanitarias y la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos han recibido más de 7.900 denuncias por detenciones arbitrarias.